La Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF) publica información sobre cómo identificar los insectos que están causando daños en una explotación de cereal de invierno. Señala que es importante realizar esa identificación, porque así se podrá actuar de forma más eficaz y eficiente.
La citada red apunta que “los estados larvarios de los insectos se alimentan de la planta, provocando una desecación precoz”. Las diferencias principales en los daños que ocasionan son las siguientes:
- MOSQUITO DEL TRIGO (Mayetiola destructor): “Es un díptero ampliamente difundido por las regiones cerealistas españolas. Las larvas que consiguen llegar a la base de la hoja segregan una saliva que corroe el tallo, adelgazando su corteza hasta absorber la savia por ósmosis. De este modo la planta comienza por amarillear en las puntas y acaba por secarse, emitiendo nuevos retoños más pequeños, por lo que la siembra queda desigual”.
- TRONCHAESPIGAS (Calamobius filum): “Es un pequeño escarabajo cuya larva roe la base de la espiga, provocando su caída. La incisión que realiza la hembra en el tallo para efectuar la puesta, debajo de la espiga, facilita su tronchamiento; se desprende y cae al suelo. En ocasiones, la espiga no cae al suelo porque la rotura no es total y queda sujeta por la hoja bandera”.
- CÉFIDOS (Cephus pymaeus y Trachelus tabidus): “Son dos especies de himenópteros que atacan al trigo, la cebada, la avena y el centeno. A diferencia del tronchaespigas, las larvas de céfidos cortan los tallos por su base, a ras de suelo, de forma que una racha de viento puede hacer que caiga, con la espiga unida a ellos. La larva de céfidos no corta el tallo completamente y deja un borde irregular muy característico”.